Cada convocatoria definirá los requisitos de información específicos que han de aportarse. No obstante, con carácter general, será necesario identificar los objetivos que se persiguen con el proyecto, sus retos y las necesidades de actuación en el campo concreto en el que se circunscribe, así como su encaje dentro de las estrategias europeas y nacionales.
La propuesta ha de recoger también una descripción del proyecto, determinando su alcance y resultados esperados, además de detallar cómo contribuye a la consecución de los principales objetivos climáticos o en materia de digitalización. También debe incorporarse un cronograma de ejecución con los principales hitos y fases en las que se estructura el proyecto, el presupuesto, la estructura de financiación prevista y un análisis de viabilidad financiera del mismo.
Otro componente relevante de información se refiere a los beneficios e impactos esperados del proyecto, en términos cualitativos y cuantitativos (incluyendo la aportación al valor añadido bruto, la generación de empleo, y otros).